El equipo dirigido por Javier Aguirre cerró el año con resultados contundentes al conquistar la Copa Oro y la Concacaf Nations League.
La Selección Mexicana cerró el 2025 con sensaciones encontradas. Si bien el balance numérico y los títulos obtenidos ofrecen argumentos positivos, el rendimiento futbolístico y el cierre del año dejaron más dudas que certezas rumbo al Mundial de 2026.
El proceso encabezado por Javier ‘Vasco’ Aguirre concluyó con una derrota 2-1 ante Paraguay en San Antonio, resultado que extendió a seis partidos sin victoria la mala racha del Tricolor.
Un balance numérico favorable
En términos estadísticos, el saldo anual fue positivo. México disputó 18 partidos en 2025, con nueve victorias, cinco empates y cuatro derrotas, además de 23 goles a favor y 19 en contra, números que sostienen un balance aceptable en el papel.
Dominio regional en Concacaf
El Tricolor mostró su mejor versión dentro de la Concacaf, donde registró seis triunfos y un empate, imponiéndose con autoridad ante rivales de la zona..
Cuando enfrentó selecciones de Conmebol, UEFA y la AFC, el rendimiento fue más irregular. Partidos ante equipos como Suiza, Colombia, Uruguay y Paraguay reflejaron una brecha competitiva que México aún no logra cerrar.
Los títulos que marcaron el año
El punto más alto del 2025 fue la conquista de dos títulos. México ganó por primera vez la Concacaf Nations League, superando a Canadá en Semifinales y a Panamá en la Final, con Raúl Jiménez como figura clave. Meses después, levantó la Copa Oro tras vencer a Estados Unidos, logrando además el primer bicampeonato del torneo desde 2011.
Pese a los trofeos, el segundo semestre dejó señales preocupantes. La racha de seis partidos sin ganar y la falta de contundencia en partidos clave generaron dudas sobre el verdadero nivel del equipo fuera del ámbito regional.
Rotación y dudas rumbo al Mundial 2026
A lo largo del año, Javier Aguirre apostó por una constante rotación, con un promedio de seis cambios por convocatoria, lo que mantiene abierta la incógnita sobre la base definitiva del plantel, incluida la portería.
Así, el Tri cerró un año agridulce: campeón en Concacaf, pero con ajustes urgentes por hacer si aspira a competir con mayor solidez en la Copa del Mundo de 2026.

