De acuerdo con diversos reportes, y a meses de la Copa del Mundo, Monterrey estaría en pláticas para mover una supuesta final a Estados Unidos, en caso de ellos llegar y no lograr disponer de su Estadio.
Monterrey se prepara para un semestre atípico, marcado por decisiones fuera de la cancha que pueden alterar la tradición del futbol mexicano. El calendario internacional y los compromisos adquiridos colocan al club en una posición incómoda justo en la fase más decisiva del torneo. En el entorno de Rayados el tema ya se comenta con cautela, aunque todavía sin confirmación oficial.
El Mundial empieza a influir de forma directa en la Liga MX y Monterrey aparece como uno de los equipos más afectados. El Gigante de Acero forma parte del plan logístico de FIFA y eso obliga a ajustes importantes en caso de que el equipo alcance instancias definitivas. La posibilidad de disputar partidos clave lejos de casa deja abierta una discusión inédita en el futbol nacional.
Monterrey a Estados Unidos si llega a la final
De acuerdo con información del periodista Willie González, la directiva de Rayados contempla una alternativa radical si el equipo llega a la final del próximo semestre. La sede ya no estaría en Nuevo León y el desenlace del torneo podría cruzar la frontera hacia Estados Unidos. La razón se relaciona de forma directa con la entrega del estadio y las exigencias del organismo internacional.
“Monterrey el próximo semestre, tiene que entregar el estadio a la FIFA sí o sí el 14 de mayo. El club está considerando llevarse la final a San Antonio, Texas. El Álamodome sería la sede de la final de Rayados en contra de quién usted quiera, el próximo semestre. Yo tengo la información de que ya están haciendo las llamadas al Alamodome para ver cuánto cuesta la renta, porque nos iríamos a jugar la final, porque digo, es imposible hacer la final aquí con los VIP’s en el estacionamiento. Imagínate que hagas la final aquí y FIFA esté con todos los hospitalities; es algo que no hace sentido” mencionó.
El escenario no resulta menor. Jugar una final de Liga MX fuera del país rompería con una costumbre histórica y abriría un debate profundo sobre la prioridad de los torneos locales frente a los compromisos globales. Para Rayados la decisión apunta más a una necesidad operativa que a una estrategia deportiva.
Mientras tanto, la afición observa con expectativa y sorpresa. La idea de una final en San Antonio provoca ilusión en algunos sectores y rechazo en otros, aunque todo depende de que Monterrey llegue hasta el último partido. Por ahora el balón no rueda, pero la polémica ya se instaló alrededor de Rayados.
